Ahora, ya recuperado del todo, ha comentado que el alcoholismo le causó tantos problemas que casi le cuesta su propia vida, ya que no le importaba morir y pensaba que cualquier día se le iría la vida mientras dormía alcoholizado a los 22 años.
Antes, una o dos copas nunca eran suficientes para mí. Ahora, no lo echo de menos. Es como si nunca hubiese bebido en mi vida, hasta tal punto que nunca imaginé poder salir de fiesta y no beber. Pero según pasa el tiempo pierdes esa necesidad e inseguridad que hace que la gente beba.Nos alegramos de que Gerard esté en condiciones y que no haya vuelto a la mala vida, quizá nos hubiésemos perdido a ese gran actor
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